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Luis Díaz, la furia de Klopp
Luis Díaz (25 años) llegó al centro de entrenamientos del Liverpool en invierno sin saber prácticamente inglés. Cuando vio a Jürgen Klopp, el que iba a ser su nuevo entrenador, intentó explicarse en el nuevo idioma, pero encontró muchas dificultades. Klopp no le dio mucha importancia y le animó a incorporarse al grupo rápidamente.
Desde el primer contacto, el técnico alemán supo lo que Díaz necesitaba para integrarse en el equipo, y lo consiguió de manera prácticamente instantánea. Por eso el colombiano pasó a ser uno de los tres hombres de arriba del Liverpool junto a Mané y Salah. Una posición tan cotizada en el Liverpool que ha dejado en el banquillo a Firmino y Jota.
Estos dos últimos fueron delanteros indiscutibles para Klopp en su momento, pero ahora se han quedado relegados a un segundo plano con el empuje de Díaz. El recién llegado ha sido titular en todos los partidos de la Premier, a excepción de los dos previos a encuentros de Champions. Una competición que le sienta muy bien, como demostró ayer ante el Benfica. Para muchos, es un jugador del estilo de Neymar. Tiene desequilibrio, regate y es muy vertical.
“Luis estaba jugando un derbi”, explicó con humor el entrenador de Liverpool, que el pasado invierno fichó al delantero del Oporto, el máximo rival de los lisboetas. A pesar del recibimiento del público de Da Luz, el colombiano jugó sin ataduras y abrió una brecha en la defensa del Benfica, incapaz de contener la hemorragia.
Alexander-Arnold fue el primero en ver el espacio, a la media hora de encuentro, y trazó un centro perfecto en diagonal hasta la cabeza de Díaz. El delantero red no contemporizó y cedió rápidamente a Mané para que el senegalés hiciera el 0-2 y dejara encaminada la eliminatoria.
Más tarde, el Benfica anotaría el 1-2 y se acercaría al empate, lo que enfureció a Klopp, que dio un golpe sobre la mesa y sentó a Thiago, Salah y Mané. Díaz siguió en el campo, igual de furioso que su entrenador, y en los últimos minutos recortó al portero del Benfica, Vlachodimos, y marcó el 1-3, que de nuevo, acercaba el pase a semifinales del Liverpool… que ya tiene un nuevo ídolo.